Un buen día llega al estudio un pequeño proyecto consistente en la reforma de una cocina en un típico bungalow levantino. La operación parecía sencilla, simplemente querían cambiar los muebles de cocina por unos nuevos y que les asesorásemos en esta operación. Pero en el despacho pensábamos que era una buena oportunidad para darle un nuevo aire a toda la planta baja de la vivienda adosada, por lo que planteamos que la obra se extendiese al salón e incluso al patio delantero.
Para ello proyectamos una estructura metálica con la que cubrir parte del patio delantero, ampliando la cocina. Además eliminamos todas las particiones, sustituyéndolas por un mueble equipado.
Alrededor de este mueble se distribuye toda la planta baja, que se concibe como un espacio continuo, que conecta directamente cocina-salón-patio. Alberga además la despensa, la mesa, la TV y esconde el cerramiento de vidrio de conexión con el patio trasero, que cuando se abre pone en relación directa el interior con el exterior, prolongando la cocina más allá de los cerramientos de la casa.